Este grupo escultórico es obra del artista local Pedro Muñoz de Toro y Borrego (1793-1873) y nos muestra los instantes previos al momento en que Jesús fue clavado en la cruz. El Cristo es de cuerpo completo, labrado en madera de pino flandes y encarnado sobre escayola. El pelo, que cae sobre hombros y espalda, muy ondulado, está realizado a base de fibra de esparto y escayola.
Tres judíos de aspecto casi grotesco asisten a la escena; uno de ellos, situado a la derecha del Señor, sostiene los clavos de la pasión, otro, situado a la izquierda, lo toma por un brazo, y un tercero, un muchacho joven, se ensaña, aferrado a una barrena, en hacer los agujeros sobre la cruz para introducir los calvos.
Este conjunto iconográfico, muy popular a principios del siglo XX, participó durante años en la procesión de la Santa Veracruz y posteriormente junto a la Archicofradía del Carmen, por los acuerdos a los que llegaban los depositarios, familiares de Francisco Parejo López, el célebre mataor de toros “Parejito, con los responsables de estas hermandades.
Parece que cuando la familia propietaria se traslada a Córdoba para establecer allí su domicilio, se llevó todo el grupo escultórico.
Como es obvio, a partir de los años cuarenta ya no procesionó más, con la salvedad de la ocasión en que salió desde esta cofradía.
Desde 1973 pertenecen a esta cofradía la imagen del Señor así como dos sayones, siendo ya por aquellas fechas el estado de conservación lamentable, especialmente las imágenes de los sayones. El último sayón fue recuperado en el año 2004.
El grupo escultórico fue restaurado por el por el doctor en Bellas Artes, don Salvador Guzmán Moral.