Nuestra capilla pertenece a La parroquia de San Mateo. Este templo es el mayor y mejor conservado de los que se edificaron a principios del siglo XVI en la Campiña cordobesa.
Se trata de un templo de gran tamaño, con tres naves terminadas en la cabecera en sendas capillas cuadradas que se cubren con bóvedas de nervaduras. Tras la capilla mayor existe un pequeño ábside de planta rectangular, en el que se aloja el retablo mayor, cubierto también con bóveda de nervaduras cuyos plementos en piedra fueron pintados por Antonio Mohedano con motivos de ángeles.
La nave central se cubre con armadura de madera de par y nudillo con tirantes dobles; las laterales lo hacen también con techumbre de madera, aunque a un agua. La altura de las naves laterales casi iguala la de la central y de ello deriva que la cubierta se forme por sólo dos planos inclinados, que la nave central no tenga iluminación directa y que los arcos formeros puedan subir hasta acercarse bastante al arranque de las cubiertas, permitiendo que los pilares que los soportan alcancen unas proporciones muy esbeltas.
Desde las últimas obras realizadas en 1984, las imágenes Titulares de esta cofradía reciben culto en esta capilla, originalmente Capilla del Sagrario Viejo, advocada a Nuestra Señora de Montserrat, cuyo lienzo presidía el retablo.
Esta Capilla Sacramental fue fundada en 1650 por don Luis Ramón Folc de Cardona, cuyo escudo corona el arco exterior. La decoración de los frescos de los paramentos y cúpula, de estilo manicrista, reproduce abundantes motivos florares, mitológicos y sacramentales.
En la parte inferior destacan las figuras de David y Melquisedeq, y en la superior, la alegoría de la Fe y la Esperanza. El retablo escurialense está presidido por el lienzo del Cristo de Burgos. El arca sagrario fue realizado por Diego de Burgos en 1772. Todo el conjunto fue restaurado en 2002.